Un problema común que he visto en muchas de las casas en las que he vivido es la aparición de receptáculos enterrados. Se trata de enchufes de dos clavijas que no tienen opción de conexión a tierra. Esto significa que el cableado de la casa no tiene forma de conducir de forma segura cualquier corriente parásita que se escape de los confines del cable. Este tipo de tomacorriente está amparado por las leyes del código, pero el código moderno exige que todos los circuitos estén conectados a tierra.
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Estos tipos de enchufes presentan un peligro mínimo siempre que no se utilice un adaptador para meter un enchufe de tres clavijas en uno de dos. Estos adaptadores pueden destruir fácilmente el aparato que se está enchufando y aumentar las posibilidades de electrocución. La única solución en este caso es sustituir las tomas de dos clavijas por otras modernas de tres, pero sólo si el cableado lo permite.
Un gran error que cometen muchos propietarios es simplemente cambiar un viejo enchufe de 2 clavijas por uno nuevo de 3 clavijas y asumir que funcionará. Un enchufe de 3 clavijas debe conectarse a un interruptor de circuito por fallo a tierra.
La mejor opción y la más segura cuando se trata de este tipo de problema es que venga un profesional y se asegure de que el trabajo se hace correctamente. Trabajar con enchufes de alta potencia no sólo puede poner en peligro su hogar, sino también su vida. Utilice un comprobador GFCI en todos los enchufes de su casa después de la reinstalación para asegurarse de que están conectados a tierra.